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España: boicot al conocimiento (IV). La Democracia directa nació en Kantabria.

12 agosto, 2001 Comentarios desactivados

España: boicot al conocimiento (IV). La Democracia directa nació en Kantabria. (Diario Alerta – 12-08-2001)

Las noticias que esta auténtica Carta fundacional de la Democracia recoge, no nos describen a un pueblo histórico o protohistórico con tres o cuatro mil años de ancianidad… Por la toponimia que reproduce y por la constitución física que les atribuye a los moradores del Puerto de los Hesperios, se colige que este impresionante documento transmite informaciones cuya edad no será inferior, en ningún caso, a 10/15.000 años… y el autor es conocido y, por encima de toda sospecha… realizando la razón de ser de un historiador: perpetuar la memoria de la Humanidad… recordemos: En la elección de su Rey no tienen voto los nobles, sino el parescer universal de todosDemás desto, aunque el Rey sea justísimo, no permiten que le sea lícito hazer todo lo que quiere, porque hay elegidos cuarenta hombres que le assistan en su consejo, de manera que no sea él solo juez, en las causas de los negocios capitales. Y si se sintiere agraviado en la sentencia, hay apelación al pueblo, el cual señala setenta juezes de cuya sentencia no se puede apelar.

En suma, que los Reyes o Dukes de nuestros ancestros se veían auxiliados –y fiscalizados– en su acción de gobierno por dos Cámaras propiamente dichas. La primera, precedente del Senado y de los modernos Gabinetes ministeriales, estaba integrada por 40 miembros de edad seguramente tan avanzada como la del propio monarca… La segunda Cámara, formada por 70 juezes, constituye el modelo de lo que hoy puedan ser el Congreso de los Diputados o Cámara Legislativa y los dos altos Tribunales: el Supremo y el Constitucional

Hoy la eficacia suele ser más bien escasa en el sistema que nos rige y, la independencia brilla sencillamente por su ausencia. ¿Por qué? Entre otras razones, porque las Monarkías se han hecho hereditarias y porque al poder personal e individual de antaño, le ha sucedido el poder corporativo y partidario de hogaño. Hoy no gobiernan las personas sino los partidos… la partitocracia… ¡qué lejos estamos de alcanzar ese techo de la democracia al que, por ley natural y por imperativo de la justicia, deberíamos tender!…